Jorge Torres Medina

20.02.2017

Nació en Chiquinquirá, Colombia, en 1956. Es poeta y veterinario. Ha publicado los libros de poesía: Instantes y Profanaciones; Exilios varios; Memoria del ocio; La ciudad sumergida; y, Umbral de errancia. Fundó la revista de poesía Vericuetos, en la capital francesa, donde reside actualmente.

En palabras de Jorge Torres: "...Hoy la poesía es tempestad, sale de los laberintos donde ha estado ceñida y con el viento viaja por el rugoso glóbulo contra los carceleros del sueño y la utopía; es la certeza contra los verdugos de la verdad, contra los propietarios del deseo, contra los exterminadores de lo vital e inconmensurable del ser humano y su equilibrio con la matriz que lo engendró y lo hizo consciente...".

Sobre su oficio de poeta destaca: "...Todo hombre lleva un poeta en sus entrañas y hay que despertarlo. Élite y culta minoría cultivan el acto de anestesiar al monstruo de la belleza, pero el acierto araña el inconsciente que muta y se expande en miles y miles de delirantes. Hoy la poesía es tempestad, sale de los laberintos donde ha estado ceñida y con el viento viaja por el rugoso glóbulo, contra los carceleros del sueño y la utopía; es la certeza contra los verdugos de la verdad, contra los propietarios del deseo, contra los exterminadores de lo vital e inconmensurable del ser humano y su equilibrio con la matriz que lo engendró y lo hizo consciente..."

"Y en la edad del fuego: Combustión y enfriamiento: Sedimento, exhalación, oscuridad y tenue luz; azar de la naturaleza sin conciencia. Entonces se engendra la vida, el vegetal, el animal y luego la edad del hielo y en el andar molecular: el homínido, el homo neandertal, el homo sapiens que avanza entre la piedra, el bronce y el hierro. Mientras la jeringonza muta a palabra y esta hace al verdadero hombre que es sonido y canto en la lengua, jeroglífico y alfabeto en la mano, lenguaje para usar su cerebro: Inteligencia, pensamiento para explicarse a sí mismo y apreciar esta naranja, para andar y desandar, fundar, instalarse en su morada, construir la polis y hacer sonar la lira, inventar y descubrir, invadir y dominar la gran fuerza de la materia y al más débil, poseer la tierra a su albedrío, civilizarse, abrir la pupila y grabar en la retina la dimensión del cosmos, del infinito y medir el tiempo y la velocidad del rayo solar que nos alumbra..."

© 2017 Academia Boyacense de la Lengua. Tunja. Boyacá. Colombia
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